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Un ejemplo de cerámica que data de hace casi 6000 años de la cultura agrícola en Lublin-Volhynian, Ksenice 2, Polonia. Crédito: Stanisław Wilk
Un nuevo estudio de ADN describe la imagen de cómo los diferentes grupos se mezclaron durante el Paleolítico europeo, pero también cómo ciertos grupos de personas estaban realmente aislados. El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala que trabajaron con un equipo internacional de investigadores, que produjeron nuevos datos genéticos de 56 individuos de Europa Central y Oriental de la Edad de Piedra. Los resultados han sido publicados en la revista biología de la comunicación.
“Llevar a cabo un estudio de este tipo requiere una amplia discusión interdisciplinaria. En este estudio, esta discusión ha sido excepcionalmente fructífera”, dice Tina Mattella, genetista de poblaciones de la Universidad de Uppsala y autora principal del estudio.
En los últimos 15 años, la investigación del ADN ha construido una imagen de la historia paleolítica europea. Antes de la expansión de la agricultura a Europa, había diferentes grupos de cazadores-recolectores en diferentes partes de Eurasia, que también se mezclaban entre sí. Este estudio muestra que la mezcla de estas líneas genéticas entre la caza y la recolección estaba estrechamente relacionada con la geografía.
Numerosos estudios de ADN prehistóricos de Europa también han demostrado que la expansión de la agricultura estuvo fuertemente vinculada al flujo de genes de Anatolia. Ese grupo era muy diferente, genética y culturalmente, de los cazadores-recolectores europeos. Pero la agricultura se extendió de diferentes maneras en diferentes regiones geográficas, lo que condujo a la mezcla de grupos étnicos de diferentes maneras en diferentes partes de Europa.
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Un individuo de Książnice 2, Polonia, que vivió hace unos 6.000 años y formó parte del nuevo estudio. Crédito: Stanisław Wilk
“Estas diferencias en la mezcla de líneas genéticas y culturas nos pueden informar sobre las relaciones de poder entre diferentes grupos”, dice Tina Mattella. El nuevo estudio también analizó a los parientes cercanos.
“A menudo se supone que las tumbas comunes son tumbas familiares, pero en nuestro estudio no siempre fue así. Esto muestra que incluso durante la Edad de Piedra, otros factores sociales también desempeñaron un papel en las prácticas funerarias”, dice Helena Malmström, arqueóloga de la Universidad de Upsala. .
En los últimos años ha surgido una imagen más completa de la historia genética de los europeos de la Edad de Piedra, y este nuevo estudio añade aún más detalles a ese misterio.
“Podemos demostrar que algunas partes de Europa -como el área alrededor del delta del río Dnipro- estuvieron habitadas por grupos aislados de cazadores-recolectores durante miles de años, aunque muchas otras partes de Europa cambiaron su forma de vida cuando llegaron nuevos grupos que alimentos producidos por medio del macollamiento del suelo”, dice Matthias Jacobson, profesor de genética en la Universidad de Uppsala.
más información:
Continuidad genética, aislamiento y flujo de genes en el Paleolítico de Europa Central y Oriental, biología de la comunicación (2023). DOI: 10.1038/s42003-023-05131-3
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