Mientras que la muerte de siete trabajadores humanitarios de la ONG estadounidense World Central Kitchen en Gaza el lunes provocó fuertes reacciones, especialmente en Occidente, Israel está intentando una culpa. El ejército israelí admitió este miércoles haber cometido “un grave error”.
“Fue un error debido a una mala identificación en una situación muy difícil durante la noche, durante la guerra. Esto no debería haber sucedido”, añadió el jefe del Estado Mayor israelí, Herzei Halevi, en un mensaje de vídeo.
Israel promete una investigación independiente
“Compartimos desde el fondo de nuestro corazón el dolor de las familias (de las víctimas) y de toda la Organización Mundial de la Cocina Central”, continuó el general Halevi. “Un organismo independiente investigará el incidente en profundidad e informará sus conclusiones en los próximos días”, anunció.
El primer ministro israelí, Isaac Herzog, expresó su “profundo pesar y sincera disculpa” en un comunicado el martes por la noche. Más temprano ese mismo día, el primer ministro Benjamín Netanyahu reconoció que el ataque fue un evento “accidental” y “trágico”.
Joe Biden “indignación”
Varios países y organizaciones expresaron su enfado, entre ellos la ONU, que condenó la “ignorancia del derecho internacional humanitario”, y el aliado histórico de Israel, Estados Unidos, que pidió una investigación “rápida e imparcial”. El presidente Joe Biden, por su parte, se dijo “indignado”.
Con sede en Estados Unidos, WCK, una de las pocas ONG que aún opera en los territorios palestinos devastados por la guerra de casi seis meses entre Israel y Hamás, anunció el lunes por la noche que suspendería sus operaciones en la región. Deir al-Bala (centro). Las víctimas fueron tres británicos, un estadounidense-canadiense, un polaco, un australiano y un palestino.