El martes 14 de noviembre, la Cámara de Representantes aprobó una extensión del presupuesto estatal federal de Estados Unidos, con la esperanza de evitar el famoso cierre que ha paralizado la administración de la nación.
El texto, respaldado por demócratas y republicanos electos, debe ser adoptado por el Senado antes de la medianoche del viernes al sábado para evitar esta amenaza. Si no se hace nada para ampliar el presupuesto antes de esa fecha, el país se desacelerará repentinamente: 1,5 millones de funcionarios perderán sus salarios, el tráfico aéreo se verá afectado y los visitantes de los parques nacionales cerrarán sus puertas.
A la mayoría de los funcionarios electos de ambos bandos no les gusta esta situación tan impopular, especialmente ahora que se acercan las vacaciones de Acción de Gracias. Pero dos meses después, la principal potencia económica del mundo se encuentra nuevamente al borde del precipicio, evitando un cierre parcial del país.
Fuertes desacuerdos
Los desacuerdos en el Congreso (entre la mayoría republicana en la Cámara y los demócratas que controlan el Senado) significan que los funcionarios electos actualmente no pueden votar sobre presupuestos de un año, a diferencia de lo que hacen la mayoría de las economías del mundo. En cambio, Estados Unidos debería continuar con presupuestos pequeños de uno o dos meses.
Cada vez que expira uno de estos presupuestos, hay que volver a hacer todo: duras negociaciones, muy comentadas en las redes sociales, amenazas, luego una serie de votaciones, en la Cámara, en el Senado…
Es muy común que se lleguen a acuerdos de última hora sobre estas leyes financieras. Pero las últimas negociaciones sobre el presupuesto federal estadounidense a finales de septiembre dejaron al Congreso en un dilema. Los funcionarios electos de Trumpest despidieron al entonces presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, después de llegar a un acuerdo de último minuto con el campo demócrata, una situación completamente sin precedentes.
Dos líneas de tiempo diferentes
Esta vez, el acuerdo sobre la mesa propone ampliar el presupuesto en dos plazos diferentes: uno hasta mediados de enero y el otro hasta principios de febrero. Lo pronunció el nuevo presidente Mike Johnson, un desconocido para el público en general y que tenía muy poca experiencia en el personal republicano.
El funcionario electo de Luisiana, como él mismo admite, todavía está tratando de recuperarse. “Sólo hago este trabajo durante tres semanas”Dijo durante una conferencia de prensa el martes.
En cualquier caso, se verá obligado a tratar, como sus predecesores, con un puñado de trumpistas, conservadores más acérrimos en materia de presupuesto y demócratas que se niegan a dictarles la política económica del país por parte de los lugartenientes del expresidente.
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Estos son los mismos funcionarios electos conservadores que llevaron a Estados Unidos al abismo hace cuatro meses. La primera potencia mundial evitó realizar el pago en el último minuto tras prolongadas negociaciones entre la administración Biden y los conservadores.