En Estados Unidos, las divisiones en el Partido Republicano están provocando un cierre histórico del Congreso

Ningún orador durante más de dos semanas. No hay unidad en las filas, sino odio por todas partes. No hay un final a la vista, ni una imagen concreta. Incluso para los estándares republicanos (una larga caída que abarca años), la crisis política que sacude a la Cámara de Representantes es incomprensible. El miércoles 18 de octubre, por segunda vez en veinticuatro horas, Jim Jordan (Ohio) no fue nominado para presidente por los funcionarios electos de su propio grupo. En comparación con su esfuerzo inicial, perdió terreno.

leer más: El artículo está reservado para nuestros suscriptores. ESTADOS UNIDOS: Los republicanos mostraron sus fracturas a la luz del día al derrocar al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

Respaldado por Donald Trump, el candidato radical obtuvo sólo 199 votos, mientras que Hakeem Jeffries, el líder demócrata, obtuvo 212 votos. Se espera que se celebre una nueva votación el jueves. A Jim Jordan le faltaron 22 votos para alcanzar la línea republicana después del presidente Kevin McCarthy, quien fue derrocado el 3 de octubre debido a una moción de censura presentada por Matt Gates (Florida). Este golpe parlamentario interno dentro del Gran Partido Viejo sumió a la Cámara en una crisis sin precedentes en un momento crucial. La amenaza de un cierre (cierre de operaciones gubernamentales no esenciales debido a la falta de financiación) acecha a mediados de noviembre. Dos de los aliados de Estados Unidos, Ucrania e Israel, están esperando que el Congreso apruebe un nuevo y masivo paquete de ayuda militar para su beneficio. Pero sin un orador todo se complica.

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Por ahora, continúan los debates y recriminaciones entre los republicanos. Una de las salidas previstas será temporal. Eso incluiría votar para otorgar plenos poderes al presidente interino Patrick McHenry (Carolina del Norte), que cumple su décimo mandato y conoce bien la institución. Semejante medida sin precedentes permitirá al Portavoz ejercer plenamente sus poderes a la hora de fijar el orden del día y dirigir las sesiones. Pero los partidarios de Jim Jordan saben que la promoción de este clásico funcionario electo corre el riesgo de comprometer su campaña hacia la victoria.

Un “hombre honorable”

Sus resultados ya son sorprendentes. Doscientos funcionarios republicanos electos, en la primera vuelta, votaron a favor de Jim Jordan, que unos años antes había sido una figura radical y marginal. No importan sus motivos: por la esperanza, por los cálculos, por los intereses tras las promesas hechas a su distrito, o por el cansancio ante las ideologías que abruman al partido. Un aliado del expresidente se encontró exigiendo la recompensa del presidente menos de tres años después de un ataque al Capitolio por parte de partidarios de Donald Trump, representante del movimiento insurgente. Lo dice todo sobre el declive del Partido Republicano, la centralidad del trumpismo, el ascenso de la corriente principal liberal, su voluntad de torcer las instituciones para someterlas a su voluntad.

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